Una vez comprendemos las señales de nuestro hambre y sabemos QUÉ necesita nuestro cuerpo, nos topamos con el segundo de los grandes “enigmas” en cuanto a alimentación se refiere: ¿en qué CANTIDAD y PROPORCIÓN comer?
En
las siguientes tres entradas encontrarás tres herramientas para
ayudarte a responder a esta pregunta y a diseñar una dieta equilibrada
acorde a TUS NECESIDADES PERSONALES. Puedes utilizar el
método que más fácil, cómodo y natural te resulte, reservar cada uno
para distintas ocasiones o bien utilizar una combinación de los tres en
función de cada momento y situación.
1. SI ESTÁS A CARGO DE PREPARAR TU PROPIA COMIDA...
…LA CLAVE ESTÁ EN TU MANO
LA PALMA DE TU MANO te
orientará a la hora de calcular tu ingesta de proteína. Elige una
fuente magra de proteína y selecciona una porción del grosor y tamaño de
tu palma (sin los dedos).
TU DEDO PULGAR te
orientará a la hora de calcular tu ingesta de grasa. Elige una fuente
monoinsaturada o poliinsaturada de grasa y selecciona una porción del
grosor y tamaño de tu pulgar (ej. Una cucharadita de aceite de oliva,
lino o colza; tres almendras; seis pistachos; tres olivas; una
cucharadita de semillas de girasol, lino o calabaza; una cucharadita de
aguacate o guacamole).
EL CÁLIZ DE TUS MANOS te
orientará a la hora de calcular tu ingesta de hidratos de carbono de
absorción lenta y/o bajo índice glucémico. Selecciona una porción del
tamaño del cáliz de tus dos manos en posición abierta.
TU PUÑO
te orientará a la hora de calcular tu ingesta de hidratos cuando tu
selección de hidratos provenga de una fuente de absorción rápida y/o
alto índice glucémico. Selecciona una porción del tamaño del cáliz de
UNA de tus manos en posición semicerrada.
Siempre
que te sea posible, procura “utilizar” toda tu mano en cada comida.
Así, de manera fácil y sencilla, te asegurarás el equilibrio de
proteínas-hidratos-grasas que tu cuerpo, tu mente, tu energía y tus
emociones necesitan.