Bette Calman, vital instructora de Yoga de 83 años de Williamstown, Sureste de Australia, es prueba viviente de que para practicar la disciplina del Yoga no hay edad.
Es más, Bette insiste: "en la práctica del Yoga, el tiempo sólo corre a tu favor. El cuerpo es una herramienta inteligente y precisa y responde a la práctica; no a la edad. Cuanto más practico, más cómoda me siento en las posturas, y mejor es mi salud"
Salta a la vista, que esta australiana no es una mujer cualquiera. Calman, que a día de hoy continua impartiendo once clases a la semana "para echarle una mano a su hija", también instructora de yoga, fue pionera de esta disciplina en Australia en los años 50, dirigiendo centros de yoga durante 33 años y apareciendo regularmente en programas televisivos durante los 70. Bette es tambien la autora de tres libros, incluyendo Yoga for Arthritis.
No obstante, a sus 83 años, esta instructora recalca, "no es necesario retorcerse en una postura imposible para sentirse san@; practicar a diario, aunque sólo sean las posturas más básicas y sencillas, o simplemente acercarse a la ventana y respirar profundamente, tiene inmensos beneficios para el cuerpo y la mente."
